"¿Que cómo se hicieron las célebres fotos? Sencillo. Salí a la calle y le pedí a un fotógrafo ambulante su cámara fotográfica. Entré en el Ateneo y disparé la foto con un flash de magnesio que llenó toda la sala de un humo blanco que escocía los ojos. Esa foto es la que luego se ha reproducido hasta la saciedad en libros de texto y enciclopedias como la fotografía oficial de la Generación del 27. Luego de aquello fuimos todos a tomar una copas".
"A Antonio Machado lo habíamos visto mucho, pero era distante. Era un sopas, tenía una pinta el pobre... Iba siempre mal vestido, harapiento, mal lavado, no era nada presumido. Juan Ramón, que se tuteaba con él, nos decía a Federico y a mí: 'Este Antonio, como es tan sucio y fuma ese tabaco apestoso, cuando va a encenderse un pitillo me saca de quicio. Lo hace todo con una dejadez y una lentitud asombrosa. A mí me pone nerviosísimo, Siempre le digo: ¡Enciende el pitillo, que te estás quemando las uñas y huele a cuerno quemado".
"Dalí y Federico eran muy cobardes. Eran tal para cual. Recuerdo un día en que fuimos a una taberna con Buñuel y ellos dos a bebernos unos vinos. De repente dos clientes empezaron a insultarse hasta que llegaron a las manos y se armó una gran bronca. Luis y yo nos metimos y cuando todo acabó, vimos que Federico y Dalí no estaban en la taberna. [...] Estaban los dos en la calle muertos de miedo, temblando como gallinas. Luego se pasaron toda la noche discutiendo sobre cuál de los dos había tenido más miedo. Federico le decía a Dalí: 'No, no, yo he pasado mucho más miedo que tú. Yo no podía aguantar del miedo que tenía'. Y Dalí le respondía: ' Más miedo que yo imposible, yo he tenido un pánico inmenso, un miedo innombrable'. Así estuvimos hasta las tantas de la mañana".
"Yo creo que Dalí no era homosexual. Era una persona profundamente asexuada. Lo mismo le daba un hombre que una mujer que un mueble".
"Cuando yo muera, ahora que ya hace casi 70 años que mataron a Federico, si alguna vez sale a la luz alguna cinta, nadie podrá reconocer su voz. Yo soy el último de los amigos íntimos de Federico que sigue vivo, y me entristece mucho que conmigo, que recuerdo perfectamente su voz -ahora mismo cierro los ojos y la estoy escuchando, ¡la reconocería inmediatamente!-, se pierda este secreto".
Pepín Bello en Conversaciones con José "Pepín" Bello (Anagrama, 2007), de David Castillo y Marc Sardá. Ha muerto a los 103 años de edad.
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2 comentarios:
Andrés, gracias por rescatar las vivencias de Pepín Bello. Oportunas y reveladoras. Un abrazo, Agustín
Menos mal que Pepín, don Bello, no se ha llevado a la tumba tantos secretos como Rafael Martínez Nadal. aunque me temo que algunos debe haberse llevado. Muy bien Andrés, por recomedar el libro. Jesús Chacón
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