lunes, 17 de diciembre de 2007
30
Hoy me caen los 30. Resulta obvio que la cosa no me hace ni pizca de gracia. Como me ven medio así, compañeros y amigos tratan de animarme diciéndome aquello de que esto sólo ocurre una vez en la vida. Ése es, precisamente, el problema. Me acuerdo de los 29, 28, 27, 26, 25, 24, 23, 22, etc., que ya se fueron para no volver...
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9 comentarios:
Primo, bienvenido a los 30. Cómo pasa el tiempo leñe..., todas las décadas tienen su encanto y como tú dices, la de los veinte ha sido floja... pero seguro y espero que las venideras sean mejores.
Un fuerte abrazo. Felicidades.
¡¡¡¡¡¡¡FELICIDADES!!!!!!!!!
¡¡¡¡¡¡Felicidades!!!!!!
Ya los 20 se te fueron pero lo vivido está ahí, para siempre y los 30 que comienzan ahora te llenarán de mil cosas que irás disfrutando poco a poco.
Para tu consuelo te diré que dicen que la mejor etapa de la vida es la que ronda los 40, así que no te entristezcas.
Muchos besos.
Como dijo Quevedo (no era nadie éste), "el tiempo pasa y no tropieza". Andrés, qué alegría ver pasar el tiempo y que aún haya oportunidad de levantar unas copas al aire (por cierto, a ver cuándo se tercia). Jo, si cuando te conocí llevabas cara de pipiolín de 19 añitos. Je, je. Te diré desde mi experiencia de 33, que no me cambio por un veinteañero ni en broma, que no que no. Felicidades. Jesús Chacón
Me uno a las felicitaciones.
Un fuerte abrazo
Me cago en la mar, Andrés, que son sólo treinta...
Felicidades. Un abrazo
Pedazo de mamón, aquí servidor no se acuerda siquiera de cuando cumplió los treinta. Eso sí, creo recordar que por aquél entonces andaba todavía empalmao las veinticuatro horas del día. Lo bueno de los cincuenta y tantos es que la sagre no tiene que estar todo el día pendiente de lo mismo, te da un respiro y resulta que tienes capacidad hasta para pensar. Me viacagá en la leche casmamao. Felicidades y cuando vengas pacá, llama y mojamos los treinta como es debido. Agur. Bernardo, nacido a mediados del pasado siglo.
Felicidades primo.
El día que yo cumplí los treinta( hace ya cuatro años), la felicitación telefónica de mi abuela hizo que abandonara esa rara crisis."Ay que muchachillo" fueron sus palabras.
Un abrazo de tu primo Jose Mari Boza.
Lo de tu abuela es genial, Jose Mari
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