En apenas cuatro días, la televisión ha mostrado una docena de veces a Pedro Rodríguez sentando entre Carlos Fabra –ese oscuro alcalde levantino de oscuras gafas– y Mariano Rajoy, el proscrito, el apestado. Visto el negro nubarrón que se ha instalado sobre el PP, no sé qué es peor, que te vean al lado de Fabra y su ristra de escándalos a cuestas o al de Rajoy, pero el caso es que allí estaba el alcalde de Huelva, arrimado al líder de papel, con un par de centenares de militantes y simpatizantes bajo sus pies protagonizando una surrealista e inclasificable manifestación en plan Saturno devorando a su hijo pero al revés y con más mala leche. Hoy por hoy es cosa seria y arriesgada que te vean por ahí con el gallego, pero si algo le queda a Rajoy son sus barones regionales y sus alcaldes de toda la vida, que casi nunca le han fallado. Ni unos ni otros habían criticado nada de la actual dirección hasta las 22.00 horas de ayer ni tampoco estaba previsto que lo hicieran. Pero quede reflejado el dato porque si escribir en un periódico tiene el tremendo riesgo de que puedes verte arrasado por la actualidad, más lo tiene hacerlo de la crisis del PP, en la que a cada segundo aparece un nuevo elefante arrasando la cacharrería de la calle Génova. Sea como fuere, el pasado viernes Pedro Rodríguez se fue a Madrid a responder a la llamada de Rajoy y se colocó o lo colocaron a su lado. La imagen, ya digo, es ya recurso habitual cada vez que los telediarios hablan del terremoto popular, que es siempre. Por una sencilla razón: es la única que hay por ahí en la que Rajoy aparece con alguien que le quiere como líder. Las malas lenguas populares, que abundan en estos días de ira, se preguntan que cómo estará el PP para que Rajoy ponga a su lado a Fabra y a Rodríguez. Al margen de lo odioso de la comparación, resulta extraño que no se entienda el hecho de que el regidor onubense no ha hecho otra cosa que responder con cierta cortesía a una petición de ayuda hecha por el que todavía es el jefe del PP, porque su preocupación no debe ser ni mucho menos ésa, sino la ciudad que gobierna. Los vientos que soplan no invitan precisamente a significarse por Rajoy, y menos si no te juegas nada en el envite. Lo que pasará en unos días, con todo, es lo inevitable: la presentación de una candidatura alternativa. Carece de sentido que no se haga. Luego vendrán los congresos regionales y locales, que serán más tranquilos, con el PP a buen seguro de nuevo pacificado. Lo que haga Rodríguez en el de su competencia es un asunto que sólo depende de él, valga la obviedad y la lógica aplastante. Es probable que el gesto de dejarse ver con el todavía líder del PP sea un guiño al continuismo. O no, que diría Mariano.
Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 27 de mayo de 2008.
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4 comentarios:
A mi me da que todo esto es un plan maquiavélicamente planteado
¿No crees que para leer lo que escribes en el mundo ya está el periódico? me parece una pena desperdiciar un espacio personal para copiar tus artículos publicados en vez de escribir sobre otras cosas.
Un saludo.
A mi me parece genial que las publique aquí porque yo no compro El Mundo y a Andrés le tengo mucha admiración y no quiesiera dejar de leer lo que escribe, no es el único. Juan José Millás hace lo mismo y lo tengo en El Pais y tantos y tantos, esta es su bitácora y con su permiso te contesto
Efectivamente, los que no compran el periódico (cualquier periódico) ganan por inmensa mayoría a los que lo compran.
Juan lo ha explicado estupendamente. Muchas gracias.
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