domingo, 6 de abril de 2008
Bella Arte
Curro Romero, retirado de los ruedos pero siempre toreando en el recuerdo de los aficionados, es ya un miembro más de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría. Como él mismo ha dicho (otra vez su proverbial sencillez) este hecho insólito no es bueno para él, sino para la Tauromaquia. Si por arte se entiende aquella emoción intelectual que consigue elevar al ser humano mas allá de la mera realidad, es evidente que el toreo lo es y también es palmario que ha tenido en Curro a uno de sus más grandes intérpretes. En la fotografía de Atín Aya (arriba) hay condensada una verdad que solo los elegidos pueden revelar. Curro la ofreció en muchas ocasiones. Cuando lo hacía, se hablaba de que había "parao el reló" o de que había "destapao el tarro de las esencias". Yo prefiero recordarlo como un momento mágico en el que el matador ofrecía su verdad. Y su misterio.
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1 comentario:
Para mi es un orgullo haber visto a este señor vestido de luces.
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