martes, 8 de julio de 2008

El enemigo equivocado

Las gentes que tan comprensivamente piden que se haga justicia tras el terrible despropósito del caso Mari Luz se han equivocado de enemigo. Desde luego, no es el juez Rafael Tirado contra el que deben encauzar su lógica ira. Ni mucho menos. No sé hasta qué punto este magistrado que no ejecutó una sentencia contra el presunto asesino de la pequeña es una víctima más de un sistema obsoleto y podrido hasta el tuétano por obra y gracia de una bacteria llamada saturación. No lo sé, ya digo. Es el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el que debe determinar hasta qué punto este señor es negligente o sufriente de un sistema que está muy lejos de acercarse a ser siquiera aceptable. Pero de un tiempo a esta parte me perecen ciertamente excesivas algunas de las cosas que se están diciendo sobre el juez Tirado. Las últimas tal que ayer, en una manifestación en los juzgados del Prado en Sevilla. Los allí presentes gritaron lindezas como ésta: «Juez Tirado, asesino de Mari Luz». El padre de la niña, Juan José Cortés, que siempre suele poner cordura en este asunto, no la puso esta vez: «Tiene el mismo sentimiento de no culpa que los pederastas», dijo sobre el magistrado. No sé si es necesario decir que el único culpable de un asesinato es la persona que lo comete (a no ser que se lo manden, que no es el caso). Tampoco sé hasta dónde es capaz de llevar la desesperación –que es mucha– a un padre que ha perdido a su hija a manos de un criminal que debía estar en la cárcel. Supongo que a muy lejos. Pero, repito, creo que se ha confundido la puerta a la que golpear, que no debe ser la del juez Tirado, sino la de las instituciones, que son las que tienen los instrumentos para evitar que casos como éste puedan volver a producirse. Juan José Cortés ya ha llamado a ellas. Zapatero se las abrió. El ministro de Justicia, Fernández Bermejo, se las abrió. Chaves se las abrió. El CGPJ se las abrió. Y todos andan tranquilos porque un día le abrieron sus puertas al padre de Mari Luz, le dijeron palabras bonitas y le prometieron soluciones aún más hermosas. Pero están tranquilos, sobre todo, porque la ira de la familia y de parte de la sociedad se ha encauzado hacia un cabeza de turco, el juez Tirado, que no es más culpable que unas administraciones que no terminan de reformar un sistema que no funciona como debiera no se sabe todavía por qué razón. O, en palabras del juez Emilio Calatayud, «porque no interesa que funcione bien». ¿Tiene alguien otra explicación ante lo secular y surrealista de la situación? Si es así, que dé un paso al frente y la diga rápido, porque a este paso nos vamos a quedar sin puertas que derribar. Equivocadas, por supuesto.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 8 de julio de 2008.

4 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Desde luego el máximo responsable es el asesino que cometió el crimen.

Magnífica reflexión, como siempre Andrés.

Besos

5nocimiento dijo...

Me parece una reflexión muy acertada, los de arriba en éstos casos siempre hacen lo mismo, la foto, cuatro promesas, para cuando la distancia y sobre todo el tiempo lo permitan, adios muy buenas.

Y otra cosa es, como se le ocurra al padre de la niña, dar mas la vara o haga un amago de meterse en politica, lo frien. Le sacan algún escandalo cercano de lo que todos pensamos y lo borran del mapa.

Buen articulo, Andres.

Bernardo Romero dijo...

Lúcido e inteligente como siempre. Realmente hay muchos intereses de por medio como para que la justicia funcione como debiera funcionar. No habría cárceles suficientes para tanto sinvergüenza como anda suelto. Suelto y mandando, que es lo peor.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que el problema lo tiene la administración que no es ágil en la tramitación. Pero también opino que esta persona, como juez, a los que reconozco una capacidad mental superior a muchos de nosotros, y que posee un personal a su servicio y unas tecnologías más o menos eficientes, por poner un ejemplo, la agenda del outlook, debe estar al tanto de mucho de lo que gestiona. Comprendo que si tiene 20 casos de robo con violencia no se acuerde de todos, pero ante un pederasta con abusos sexuales a su propia hija, no me parece justificable el olvido. Además si cobran por responsabilidad en sus nóminas ahora debe acatar una multa más importante que esa de los 1000 euros. Ojo, que no le quito también la responsabilidad a la administración de justicia. Con muchas cosas utilizo la empatía(ponerse en el lugar del otro) y si yo fuera juez, casi seguro que un caso así no se me olvidaría.