miércoles, 5 de marzo de 2008

Schuster y el nuevo periodismo

A principios de siglo se quejaba el gran Julio Camba de un hecho que en su opinión acabaría por menoscabar la libertad de los que se dedican al oficio de informar, tan castigado hoy. Por aquella época se empezó a imponer una costumbre, una norma no escrita cuya vigencia dura hasta nuestros días, a saber, que de los suicidios era mejor no informar por el posible y supuesto efecto de imitación que podría provocar en futuros candidatos a dejar de existir por propia voluntad. El socarrón de Camba tiró de ingenio para convertir este hecho en un símbolo de lo que se podría avecinar: «Al final, los que se acabarán suicidando serán los reporters, que se van a quedar sin noticias de las que escribir». Es obvio que el viejo maestro exageró para llevar el agua a un molino muy cierto y que se presentaba ya amenazante a lo lejos: la censura y –lo que es peor– la autocensura de los periodistas. El asunto de los suicidios es un símbolo, una metáfora que el viejo Camba usó para denunciar los pedazos de libertad que se iban robando a una profesión tan necesaria como ésta. Me he acordado del asunto de los suicidios al ver este fin de semana a Schuster tratar con un desprecio absoluto a los periodistas que cubrían su rueda de prensa en Huelva tras el partido contra el Recre. Su total falta de respeto hacia la prensa es otro símbolo de lo que en los últimos tiempos está ocurriendo en España en estos asuntos de la información. Ahora se imponen otras costumbres, como a principios de siglo aquella de los suicidios. Feas modas como las de los políticos que no permiten preguntas en sus ruedas de prensa. Malos usos como los de los partidos que en los mítines electorales impiden que haya otra señal de radio y televisión al margen de la que ellos mismos fabrican y proporcionan. Turbios comportamientos como los de abandonar una comparecencia pública o una entrevista porque no gustan las preguntas que hacen los periodistas. Visto el panorama, los que vivimos de esto vamos a acabar convertidos en meras correas de transmisión, cuando nuestra misión es muy otra: la de interpretar y filtrar la realidad para ofrecerla de la manera más objetiva y veraz posible, no como el político o el entrenador de turno quiera venderla. Pero para que esto cambie lo primero que tenemos que hacer los periodistas es rebelarnos. Como hicieron el sábado por la noche los informadores deportivos de Huelva. Un viejo periodista catalán decía el domingo de madrugada en la radio que la reacción de la prensa onubense le hizo rejuvenecer. Yo, que todavía llevo poco en esto, no puedo volver a mis años mozos en el oficio, pero sí sentirme orgulloso de este sano levantamiento contra tanta cortapisa al derecho del ciudadano a estar informado.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 4 de marzo de 2008

2 comentarios:

Ignacio Díaz Pérez dijo...

¿Dónde hay que firmar?

Un saludo.

Anónimo dijo...

Ha dicho Chávez que en los próximos 4 años va a hacer de Andalucía una de las regiones mas grandes de Europa. Lo que no ha aclarado es por que no lo ha hecho en estos últimos 25 años.
No gobernarán Andalucía socialistas ni populares, no con mi voto. Por fin hay un partido totalmente nuevo y DE NUESTRA TIERRA. Coalición Andalucista. Voy a votar a Coalición Andalucista porque creo que se merecen una oportunidad. Sobre todo en Huelva no tenemos nada que agradecer a Chávez.
Si habéis oído la campaña de Chávez, os habréis dado cuenta de que no menciona a Huelva para nada. No dice nada del problema de las balsas de fosfoyesos, ni del índice desorbitado de cáncer, ni de la presa de la Alcolea, ni de las ayudas del incendio de Berrocal, ni del desdoble de la N-435, ni del AVE, ni del vertedero de Nerva, ni del aeropuerto. HUELVA NO EXISTE PARA CHAVEZ.
Con los votos al PSOE y PP en Andalucía se han enriquecido siempre otras comunidades autónomas ya de por sí ricas. Y esto hay que cambiarlo.
No soy representante de ninguna fuerza política, pero como andaluz que soy no puedo quedarme callado ya que ese silencio me haría sentir culpable y otorgador. Esta vez no utilizarán mi voto contra Andalucía.