domingo, 30 de marzo de 2008

Ollas arroceras

Fidel Castro (de comandante en jefe a columnista en jefe, como tan acertadamente lo definió Ignacio Escolar) debe guardar en algún bolsillo de su chándal la oscura razón por la cual en Cuba no estaba permitido comprar ollas arroceras y bicicletas eléctricas. Ha llegado su hermano Raúl y ha decidido que ni el perol ni la bici estática son instrumentos contrarrevolucionarios. Resulta increíble el grado de estupidez que pueden alcanzar las dictaduras.

El propio nuevo mandatario de la isla ha reconocido que estas prohibiciones eran "absurdas", por lo que ha decidido derogarlas. Los cubanos, pues, podrán tener libre acceso desde el 1 de abril a: teléfonos móviles, ordenadores personales, equipos de reproducción de vídeo, DVD, televisores en todas las medidas de pantalla, ollas arroceras, bicicletas eléctricas y alarmas para automóviles, entre otros productos realmente peligrosos.

¿Son los cubanos más libres pudiendo ya comprar ollas arroceras? He ahí la cuestión.

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