martes, 7 de septiembre de 2010

Dioses onubenses

Dice el científico Stephen Hawking que Dios no existe, o al menos eso han dicho otros que ha dicho el señor de la silla de ruedas y la mente portentosa en un libro que todavía no ha salido a la venta, The grand design. Habrá que matizar: El prestigioso físico y cosmólogo ha afirmado que no es necesario Dios para explicar el origen del universo. La polémica ha sido y sigue siendo inmensa, porque ha despertado el viejo debate siempre latente entre ciencia y religión, lo cual viene de perlas para las ventas del libro de Hawking. Pero esa es otra historia. Las posturas enfrentadas de los científicos creyentes y los no creyentes invaden las televisiones, las radios y los periódicos. Abundan las posturas maximalistas y los dedos índices acusadores. Quiero decir que he escuchado a muy pocos –casi a ninguno– confesar con humildad: «No sé si Dios existe». En cierta ocasión le pregunté tal cosa –que si creía en Dios– a nuestro astrofísico Juan Pérez Mercader, onubense de Alcalá de Guadaira. No me dijo ni que sí ni que no, sino todo lo contrario. Es decir, que se abstenía de responder para no influenciar con su respuesta a los demás. Es una opción más en un tema tan peliagudo como éste. Pero no creo que a Pérez Mercader le cueste demasiado creer en Dios en una provincia tan llena de dioses como la nuestra. Los hay de la política, de las luchas sindicales, del ecologismo, de la industria, de las infraestructuras pendientes y del empresariado. ¡Ay, los empresarios! ¡Cuánto prócer suelto! Ser un dios en esta provincia no es una cuestión difícil, ni genera sesudos debates, ni polémicas estupendas. Quiere decirse que la deidad es un don que algunos adquieren a base de trabajarse –y mucho– el noble arte de la impunidad y la total falta de escrúpulos. Muy jodido lo tendría Stephen Hawking en Huelva. Aquí la existencia divina es evidente, clara como el agua. Hay dioses casi en cada esquina, seres endiosados a los que, un buen día, les caerá encima todo el peso de la evidencia. Al menos, de la evidencia de sus abundantes miserias.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 8 de septiembre de 2010.

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