martes, 27 de abril de 2010

La sangre derramada

Bien harían los empresarios de la plaza de toros de La Merced en buscarse otro mito con el que sustentar el abono de las Colombinas. Demasiado tiene José Tomás, que consigue en Huelva el insólito milagro de llenar la corrida en la que participa y las otras tres de la feria, en soñar con volver a vestirse de luces como para andar pensando –el oscuro boquete todavía abierto– con reaparecer antes de cinco o seis meses. El toreo anda tan ayuno de mitos y tan sobrado de enemigos (dentro y fuera, mucho más peligrosos los primeros) que a punto ha estado de salir del atolladero a golpe de trágica sangre derramada, lo cual no hubiese supuesto ninguna novedad. «Sólo te falta morir en la plaza», dicen que le dijo Valle-Inclán a un Belmonte alucinado de revolución y estética. El trianero, entre cómico y trágico, dejó caer a continuación el fatum de todo diestro, esa suerte de destino fatal que algunos parecen llevar impreso en la piel: «Se hará lo que se pueda». Yerran quienes aseguran que José Tomás es un loco suicida que torea para morir. Muy al contrario: lo hace para vivir. Basta con comprobar la felicidad y el goce artístico que genera a su alrededor. Verlo salir por la Puerta Grande de la Monumental de Barcelona con la montera en una mano y la senyera en la otra es un gesto tan sublime que a muchos nos da, de un fogonazo certero, la perfecta visión de lo que este país fratricida debiera ser. Se puede ser un mago del toreo y ser republicano confeso. Puede uno atornillarse al suelo dando naturales perfectos sin haber pasado antes por la capilla para rezarle a un Dios desconocido. Se puede, en fin, ser aficionado a los toros sin ser un fascista redomado o un asesino de animales, igual que tampoco lo es quien se unta con foie de oca la tostada de la mañana. Sentir el vértigo de los lugares imposibles entre los pitones de un toro provoca un calambre artístico similar al que causa una sinfonía de Mahler. Dijo Lorca que en los toros «no se divierte nadie». Como tampoco se divierte uno delante del Guernica. Se goza. Que no es poco.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Andres como dice mi compadre; toreros 150- toros 0, de momento este año. Que no se arrime, pero que no lo haga ni a la plaza.

Jesús Chacón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ercanito dijo...

Mucha comparación la del foie con los toros, demasiada.

Jesús Chacón dijo...

coño, he eliminado sin querer mi comentario. Lo revuelco:

Título tauro-lorquiano

Andrés dijo...

Seguro que la comparación es exagerada, Andrés, pero lo hago con intención. Es decir, que hay mucha hipocresía en los antitaurinos, ya que muchos de los cuales se 'olvidan' del sufrimiento y el maltrato a muchos animales que nos comemos tan ricamente

Domingo dijo...

¡Ahí quedó! yo de todas formas prefiero la tostada con aceite y tomate.
J.T. es necesario y eso es indiscutible, aunque ya sabes cual es mi parecer respecto a su toreo. Pero su relevancia taurina y social es la muestra más clara de lo que expones en tu artículo. No obstante esperemos que podamos verlo en colombinas.

<Un saludo