Mal hace Doñana en fiar su futuro a Felipe González, al que muchos han convertido este fin de semana de llegadas triunfales y merecidas celebraciones en una suerte de mesías salvador de los eternos males y las nuevas amenazas que ponen en peligro esa joya que algunos se empeñan en convertir en una mera pasarela política. No acabo de entender que Doñana esté necesitada de golpes de efecto mediáticos como el nombramiento del ex presidente del Gobierno al frente del Consejo de Participación del parque. El Coto es ya lo suficientemente atractivo como para andar enmarañándolo en líos de faldas políticos y dimes y diretes de viejas leyendas urbanas. Habrá que recordarlo otra vez, porque duele: para poner a González, la Junta tuvo que quitar de en medio a un científico, Ginés Morata, que obtuvo esa cosa insignificante llamada Premio Príncipe de Asturias por sus brillantes trabajos en el campo de la Biología. A la postre, la Junta ha hecho suya esa queja ignorante que dice que en Doñana hay demasiados biólogos viviendo del «cuento del lince». Ya hay uno menos: quizá el más importante de los que trabajaban en el parque. En su estreno del pasado viernes, Felipe González tiró de topicazo poético para destacar su «telúrica» relación con el parque, cuya herencia, en su opinión, es «pesada de administrar». Aseguró también que todavía no se ha ganado las críticas. Yo creo que sí. Su primer acto al frente del Coto no pudo ser más descorazonador: ni permitió preguntas de los periodistas ni se permitió el lujo de hablar públicamente sobre las amenazas del parque. Lo que todos deseamos es que esa administración de la que hablaba sea algo más que un mero espectáculo mediático, que es en lo que se acabó convirtiendo su vuelta a Doñana. Una de las principales amenazas que se ciernen sobre el parque, el oleoducto amigo, no mereció ni media palabra del ex presidente. Malos comienzos quieren los gitanos. Ojalá se enderece lo que ha empezado torcido.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 13 de abril de 2010.
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7 comentarios:
No creo que tengamos mucha suerte con este nombramiento en la conservación natural del parque y la comarca,y no por la persona ya de por si apartada de sus ideas principales sino que no entiendo el porque han de poner políticos en los lugares donde debería haber expertos en la materia correspondiente...vease la escuela de hosteleria de islantilla,el parque de doñana,el consejero de medio ambiente...cada uno es su sitio y mejor para todos.
En cuanto a la ejecución de esos proyectos continuará tanto el oleoducto,como la carretera Huelva-Cádiz,el puente de punta,el autovia a la sierra...porque segun piensan estos lúcidos políticos eso es desarrollo y modernidad.¿Que no quedará en unas decadas?
Visitas a cementeras en vez de doñana,filas de adosados a ambos lados del autovia a la sierra...ya nada es lo que era...
Esto es como lo de Cortés como asesor jurídico. ¿Qué pinta ese tío ahí? Tiene la vida resuelta, edad de estar jubilado (respeto que no quiera), unos privilegios de cuando fue diputado, de cuando fue presidente... la necesidad del partido la sabemos, pero ¿Qué necesidad tiene González de entorpecer la vida de esa Doñana que tanto dice amar?
Como no entiendo nada y no estoy de acuerdo ¿Sabes si hay plataformas o asociaciones en contra del oleoducto? (Supongo que Greenpeace seá el primero de la lista ¿no?)
Un abrazo.
Sí que hay una plataforma contra el oleoducto que agrupa a asociaciones y varios partidos políticos. El científico que se quitaron de en medio, Ginés Morata, se posicionó claramente en contra del proyecto. Casualmente lo han echado para colocar a alguien del partido que tan buenas relaciones tiene con el promotor del oleoducto.
El mundo al revés.
Si eso ya lo sabía, pero ¿Cómo se llama esa plataforma?
Pues yo creo que, entre otras razones, han traído a F. Glez. a la presidencia del Consejo de Participación para mantener a raya a posibles representantes socialistas que pudieran posicionarse, como sería lógico en un alcalde que defienda los intereses de su pueblo y de su comarca, en contra del oleoducto.
No sé qué deberá el p(so)e al tal Gallardo, pero debe ser mucho y valioso.
Por cierto que cuando hablaba de "su «telúrica» relación con el parque, cuya herencia, en su opinión, es «pesada de administrar»", quizás estuviera pensando en aquel intento, liderado por algunos de los suyos, de urbanizar una buena parte de la costa, dentro del parque de Doñana.
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