martes, 13 de enero de 2009

La insólita normalidad

Algo terrible está sucediendo: hace frío en invierno. Es, además, muy probable que en verano haga calor, lo cual será otro drama horroroso, porque es una insólita rareza que tal cosa ocurra, como lo es también que llueva y ventee en otoño. Leer los periódicos y ver los telediarios de los últimos días es un ejercicio pleno de surrealismo. Es enero y nieva en Madrid y en Soria. A una reportera se le congelan las meninges en esta última ciudad al aguantar estoicamente en medio de una nevada para conectar en directo con los informativos. La joven nos comunica a los telespectadores que, efectivamente, nieva en Soria en enero. Como todos los años. Convertir en noticia extraordinaria la rutina de la naturaleza y la meteorología es un sinsentido en el que todos hemos entrado de cabeza. Aunque habrá que resistirse. Los dos días de frío que hemos pasado en Huelva se asemejan mucho –son exactamente iguales– a los que padecemos todos los años. Siempre nieva en la Sierra de Aracena. Y siempre este hecho habitual se convierte en una noticia vendida como hecho extraordinario. Lo sería, sin duda, que nevara en la capital, donde no lo hace desde hace 50 años. Como en las oscuras épocas de las tribus prehistóricas, hemos vuelto a mirar al cielo con temor, como si de repente se hubiera convertido en un inmenso desconocido, precisamente ahora, que es cuando lo conocemos mejor y más a fondo que nunca. Nuestro nuevo druida es el hombre del tiempo, que ya se cuela incluso en mitad de los telediarios no para contarnos que se aproxima un huracán imponente y de impredecibles consecuencias, sino que nieva en enero en Soria y Teruel. Cuando llegue el verano –ya lo verán– asistiremos a alarmantes noticias sobre los más de 40 grados de Sevilla y Córdoba, con reportero sudando a las tres de la tarde en medio de una plaza. Lo noticiable, sin duda, sería que no se alcanzaran. Pero se ve que nos ha dado por extrañarnos de la rutina.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 13 de enero de 2009.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja, muy buena Andrés. Parece que estoy viendo al reportero de Canal Sur, bajando por la SE-30 camino del puente del Cachorro, para ponerse debajo del termómetro, a las tres de la tarde, con la carilla arrugá soportando los 45 o los 50 en el cogote, “Hace calor en Sevilla, señores…, no salgan de sus casas si no es necesario, beban agua para hidratarse…” fite er gorpe. Y después el de TVE en el del Caballo, enfocando a un guiri que se está metiendo en la fuente…, ¡vaya noticia!
Un abrazo.

Juan Duque Oliva dijo...

Los programas estos directísimos yo creo que aprovechan las caletas del año anterior y se las van pasando entre las cadenas.

Zapateiro dijo...

Amén. No me canso de repetir que muy debe andar la cosa de contenidos cuando el tiempo es noticia en cualquier época del año, si no pregunta en casa, que siempre que ocurre protesto y todos se ríen.

Es que no te enteras Andrés, ha nevado en Madrid como no lo hacía desde hace 4 años y eso es todo un acontecimiento para llevarlo a las primeras de todos los medios durante 2 días.

Un beso frío;)

ercanito dijo...

¡¡¡¡Buenííííííísimo!!! Ayer precisamente comentaba yo eso en casa. Resulta que todos acojonados por el frío, en medio del drama del calentamiento climático... Esto es un palo para muchos tremendistas en la materia, pero así ha sido el tiempo siempre en nuestra provincia, extremadamente variante. Hemos pasado días de mangas cortas en invierno de toda la vida, y así seguirá siendo; como también hay lluvias raras en agosto (reuérdese la última feria de Valverde). Eso sí, con el rigor que dicen tener los periodistas de prestigio, tiene muchos mondongos que traten el tema absortos e incrédulos.
Pd: ¿Has puesto a prueba tu 1000D? Yo ya tengo trípode.

Ana Asuero dijo...

A donde deberían ir los periodistas es a hacer un reportaje en mi habitación, que me tienen q sellar de nuevo la ventana y hace más frío dentro que en la calle....

Tonterías aparte, tremendo post!

Un beso.

Anónimo dijo...

Y lo absurdo del reportero metió en mitad del río o del cauce o del arroyo, total el pobre o la pobre van a coger un catarro impresionante. O restrasmitir en medio de la calle, sin gorro o paraguas, el reportero y el cámara claro. Que absurdo...