martes, 13 de mayo de 2008

Laicismo con vara

Laicismo y Estado son dos términos que nunca deberían separarse. Un país moderno deja de ser tal en tanto en cuanto su laicidad se vea mermada y reducida. Avanzar, por tanto, en su consecución, ahondar en un hecho tan básico y sustancial como que la nación ha de ser totalmente ajena (que no indiferente) a la religión, es una obligación moral de todo gobierno democrático que se precie. Andar mezclando –a estas alturas– las churras de la religión y las merinas de la política es un sinsentido anacrónico plagado de injusticias. Nuestro Gobierno, aunque a algunos les pueda parecer lo contrario, ha hecho muy poco –por no decir nada– para avanzar hacia la laicidad. La imagen de un ZP comecuras y quemaiglesias no creo que se corresponda en absoluto con la realidad. Nada ha hecho en lo fundamental, esto es: revisar los acuerdos entre España y el Vaticano que regulan las relaciones del Estado con la religión católica, de los que ésta sale ampliamente beneficiada. Inconstitucionalmente, según algunos expertos. En ese problemático asunto –contra lo que pudiera parecer, repito– el Gobierno no ha avanzado nada. Incluso podría decirse que ha retrocedido, como bien ha apuntado un teólogo no sospechoso precisamente por ser antiZP, Juan José Tamayo, de la Asociación Juan XXIII. Se ha ido para atrás porque no se ha avanzado en reformas sociales por temor a molestar a la Iglesia. La eutanasia y el aborto, afrontados con valentía (esto es, la primera regulada y el segundo con una ley de plazos) siguen siendo asignaturas pendientes de la supuesta radicalidad izquierdista del Gobierno. Con todo, es de aplaudir que en esta nueva legislatura se quiera avanzar en la necesaria laicidad del Estado con la intención del Ejecutivo de reformar la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. Pero, visto lo hecho en los cuatro años anteriores, el anuncio es poco creíble. Y todavía lo es más observando la actitud de muchos dirigentes precisamente socialistas, quienes en el ejercicio de su privacidad pueden actuar (faltaría más) como les dicte su conciencia, pero no así en el de su cargo. Es complicado avanzar hacia la laicidad cuando se pregona una cosa y se hace exactamente su contraria. Los actos religiosos de la provincia de Huelva son un buen ejemplo de ello. Ahí estaban el pasado sábado, sin ir más lejos, Petronila Guerrero y Cinta Castillo, presidenta de la Diputación y consejara de Medio Ambiente, respectivamente, recibiendo vara en mano a las hermandades rocieras en la puerta de la ermita. O Manuela Parralo y sus ediles del PSOE acompañando al cortejo del Santo Entierro la pasada Semana Santa (no estaba Pedro Jiménez, de IU). Nunca alcanzaremos la laicidad si el pescar votos vence con mucho a las ganas reales de lograrla.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 13 de mayo de 2008.

15 comentarios:

JmCejudo dijo...

Este es un tema en el que se demuestra el todo vale por un voto de algunos politicos sin ideales, ni verguenza.

Sin ir más lejos, este año se ha visto a Francisco Rodriguez Donaire con una vara de la hermandad del rocío de valverde presentandose ante la blanca paloma. Después son los primeros que se rasgan las vestiduras ante el catolicismo de nuestra sociedad.

En Fin Andrés, todo sea por salir en la foto.

Andrés dijo...

Impresionante imagen tuvo que ser ésa de Paco Rincón fervosoro y piadoso. Pero vista su trayectoria no me extrañaría nada que ingresara en un Seminario. Es lo que le queda...

Anónimo dijo...

Alguna culpa de esto tendrá la junta de gobierno que lo permite, junta que a veces pierde el norte sin darse cuenta que es una asociación de iglesia, pero con todo esto no es lo peor, sino que se de cabida en el seno de la misma a personas que se han manifestado abiertamente anticlericales y antireligioso y luego juran unas reglas que son el credo de la Santa Madre Iglesia, todo un gesto de incoherencia amparado por la Hdad. por no hablar del uso y disfrute de la casa de hdad por parte del PSOE, (que para eso se has pagado el arreglo del patio por el importe de 12000 E) como hemos visto en Valverde y a un presidente pidiendo el apoyo en nombre de todos los hermanos al estatuto o apoyando la candidatura de Pepe Cejudo aunque haya hermanos que no estemos de acuerdo. Saludos: Javier

Juan Duque Oliva dijo...

En algunos casos lo harán supongo como representantes de su cargo.
Por ejemplo el alcalde o su representante ha de acompañar a las hermandades siempre se ha hecho

Andrés dijo...

Ahí es donde voy yo, Juan. ¿Y por qué tiene el alcalde que acompañar a las hermandades? Se puede despedir, o desearles buen camino en la puerta del Ayuntamiento. Pero, ¿acompañarlas vara en mano por todo el pueblo o en la presentación, por qué? ¿O por qué tiene que acompañar la Corporación Municipal a la procesión de la Urna en Valverde o el Santo Entierro en Sevilla y Huelva, que además se denominan procesiones 'oficiales'? Eso es lo que se tiene que acabar.

Anónimo dijo...

Luz de gas creo que estás equivocado, no tienen ninguna obligación de asistir a los desfiles procesionales, así como tampoco es una obligación por parte de las hdades. el invitarles a presidir los pasos, puesto que una procesión es una manifestación pública de fe y si esto falta o se está en contra de que algunos lo hagan, huelga decir que sobran. Por otra parte, sí que está bien que en la puerta del ayuntamiento hagan el saludo o despidan a la hermandad, pero creo que por parte de ambos lados hay intereses que no se quieren dejar pasar, aunque se incurra en incoherencias tales como las que se refieren en el post. Saludos: Javier

Juan Duque Oliva dijo...

¿Javier Castaño? Si es así un saludo Javier, que de tiempo. Sino igualmete.
Son cosas que se hacen desde hace mucho tiempo del protocolo no tengo ni idea, pero si alguna parte no está conforme que se estudien nuevas vías que esten a gusto de todos. Lo mejor es el dialogo.

Un saludo

Anónimo dijo...

Y Perico, no hablas del espectaculo de Perico. Pon a todos, creo que sería lo correcto.

Andrés dijo...

La diferencia es que ni Perico ni su partido pregonan la laicidad y, por lo tanto, no hay doble moral en su caso. Aunque, por supuesto, creo que ha quedado claro que no comparto la presencia de los alcaldes en los actos religiosos, sean quienes sean.

Rafael dijo...

Necesitamos un esfuerzo de precisión conceptual para no liarnos con los términos. Laicidad y laicismo se presentan como contrapuestos paradójicamente. Mientras que la laicidad es una forma de convivencia en el respeto a las convicciones religiosas de los ciudadanos desde la estricta neutralidad del estado, el laicismo pretende acabar con cualquier expresión pública del sentimiento y la ética religiosos, cosa que choca con la declaración de derechos humanos, por citar un documento laico y de valor común.
Un estado laico no privilegiará a ninguna confesión religiosa, pero será neutral en la organización y las enseñanzas que dependen de él.
Dicho de otro modo, un estado occidental europeo no puede ignorar su historia ni la opción de sus ciudadanos, aun cuando no puede ser parcial en su organización ni a favor de la Iglesia ni en su contra.
Eso como principio, pero luego está el hecho de que la Iglesia es una institución que representa el sentir y el pensar de un colectivo ciudadano determinado y eso está ahí, se puede ser neutral, pero no gobernar como si los católicos no existieran. Aparte de las actividades habituales que desempeña la Iglesia, enseñanza, caridad, solidaridad internacional con el tercer mundo.
No quiero alargame mucho, pero usar la opinión de Tamayo sobre la Iglesia es como usar la J. Verstrynge sobre el PP.
¿De verdad haces tuya la boutade de que se "ha retrocedido" en avances "sociales" porque no se ha legalizado la eutanasía o el aborto indiscriminado? Curioso que se llame a eso "social", por ejemplo.

Zapateiro dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que un Estado realmente laico nos beneficiaría a todos, incluida a la propia Iglesia. Y no entendamos mal los términos, que como bien dice Andrés, no se trata de indiferencia ante la religión.

Yo también espero que en esta legislatura se avance en este aspecto.

Para terminar, decir que creo que algunos interpretan mal las cosas. Una persona puede ser de un partido que defienda unas políticas concretas y, en su intimidad, tener la fe que quiera o dejar de tenerla.

Creo que la fe no es patrimonio de nadie, ni siquiera de la propia Iglesia (entiéndase Iglesia como institución, no vaya a saltarme nadie con que la iglesia somos todos porque no voy por ahí). No creo que se deban dar lecciones acerca de quién es digno de ser hermano y quién no porque entonces habría que basarse en mil cosas antes de fijarse en el partido político al que se pertenece o con el que se simpatiza.

Un beso.

Anónimo dijo...

Zapateira, te recuerdo que para ser devoto de la Virgen no hace falta jurar regla alguna que luego se traicionan en la primera esquina que a la vez que hace daño a la Iglesia y se se cae en incoherencias. También decirte que al jurar unas reglas incluso te comprometes a dar la vida en defensa de la Iglesia, con lo cual queda bien clarito que hay que tomar una opción o el partido laico que promueva el aborto, la eutanasia, el divorcio expres, etc... o lo que se promete en la Hdad. Saludos: Javier

Monca Encendido dijo...

Es algo que siempre me ha llamado la atención. Alcaldes y/o concejales con varas en la presentación de las Hermandades del Rocío. Que acompañen a la Hermandad en un día tan especial bien, pero con una vara, es confundir las cosas. También me choca que haya una presentación de un cartel de S. Santa o del Rocío, p. ejemplo, y no me explico qué hace el alcalde ahí, qué tiene que ver en el asunto, incluso aunque se diera el caso de que lo ha financiado el Ayuntamiento fíjate. Ahora bien, que en la procesión del Santo Entierro estén alcaldes, etc. me parece bien, porque en este caso la Hermandad invita a todas las demás hermandades, estamentos, etc. de la ciudad para que formen parte del entierro. Pero si un alcalde, concejal, etc. no quiere participar en la misma porque no vaya con sus pensamientos, pues también me parece bien. Pero eso de que se debe quitar o prohibir, como creen algunos, ¿por qué?.
Un abrazo primo.

Rafael dijo...

Aunque este es un tema tangencial al debate, me arriesgaré a opinar.
Primero, la fe cristiana católica no se puede patrimonializar (jo, que palabro), pero tiene unos elementos objetivos junto con la experiencia personal de encuentro la buena noticia (Evangelio) que es Jesucristo Resucitado. Dicha experiencia y el conocimiento de los elementos objetivos son posibles porque una los creyentes de todos los tiempos han hecho lo posible y lo imposible para conservarlos, defenderlos y comunicarlos, a veces con exageraciones peligrosas para lo que se estaba cuidando, pero así somos lo seres humanos de brutos, eso es la Iglesia, en la que la parte "institucional" tiene un papel para que el conjunto funcione.
Segundo, la fe no es un sentimiento interior, privado y oculto, es una forma de ver la existencia que tiñe todos los aspectos de la vida. No creo que haya incoherencias de primera e incoherencias de segunda. No se puede mirar para otro lado cuando el partido u organización al que pertenezco defiende cosas incompatibles con la fe y argumentar "y tú más" para referirse a otras incoherencias, eso no hace sino afirmar las propias, así como negarse a corregir algo que se sabe mal hecho. Vamos, creo yo.
¿Para ser hermano de una hermandad cristiana católica? Los criterios los marca el Evangelio y la tradición de la Iglesia a la que pertenece la hermandad. ¿Qué queremos formar "hermandades por lo civil"? Pues a ello, así podemos crear una nueva fe que contenga lo que nos apetezca y nos convenga. Pero será algo extraño y desde luego no tendrá nada que ver con la fe cristiana católica, por ende tampoco con lo que la Virgen del Rocío, del Reposo o como la queramos llamar, es y representa.
Y a mí me parece que el estado español es bastante laico, no sé en qué consiste más laicidad como no sea un laicismo decimonónico el que se quiera recuperar...
Perdón por lo largo, saludos.

Anónimo dijo...

Por si interesa a alguien, algunos puntos del estatuto marco para las hdes. diosecis de Huelva:
Los miembros se distinguirán por:
1).- Su clara adhesión a la fe católica, el magisterio de la Iglesia que la interpreta y la proclama, y a la disciplina de la Iglesia.-
2).- Su empeño en realizar una íntima unidad entre su fe cristiana y su vida.-
3).- Su comunión con el Obispo Diocesano en cuantos principios y fundamentos visibles de unidad en su Iglesia particular.-