Son los nombres propios de la desesperación. Sufren ahí al lado, muy cerca de la ciudad, aunque algunos se empeñen en hacerlos invisibles, como si el hecho de no hablar de ellos solucionara la terrible situación en la que están inmersos: Senegaleses y malíes como Omar Diop, Mor Loum, Adama o Alí, la mayoría de ellos universitarios veinteañeros que han acudido a Huelva llamados por los cantos de sirena y el espejismo del primer mundo. Los campos agrícolas de nuestra provincia se llenan estos días de campamentos del oprobio y la vergüenza, de aquellos soberbios alcázares de la miseria de los que hablaba el gran Luis Martín-Santos. Han construido pequeños pueblos con plásticos viejos, alambres encontrados y palés de madera que ahora les sirven para darles cobijo. El problema de los asentamientos ilegales no se arregla, ya digo, ignorándolo por irremediable, como si la costumbre lo convirtiera en parte de nuestro paisaje. Se soluciona con valentía y coraje, y, sobre todo, con humanidad. Es denigrante que algunos anden más preocupados por la imagen que pueda darse de nuestra fresa fuera de España, que por acabar de una vez por todas con la tragedia de cientos (2.000 ha contabilizado ya Cáritas) de seres humanos que viven como ratas en los campos de la provincia. ¿Se perjudica a la fresa por denunciar esta situación? Qué paradoja más cruel y repugnante. Mejor no hablar, pues. Mejor ahogar nuestras conciencias con el valium de la prosperidad económica. Mejor mirar para otro lado y seguir pensando que el mundo en que vivimos sólo está dominado por los pajarillos y las margaritas.
Publicado en HuelvaYa el 20 de abril de 2011.
lunes, 25 de abril de 2011
martes, 19 de octubre de 2010
Valverde anónimo
En Valverde pocos dan la cara. Ni siquiera el alcalde, Miguel Ángel Domínguez, que todavía no quiere decir qué va a hacer con Francisco Rodríguez Donaire para las elecciones municipales, otrora aupado y hoy defenestrado por la propia evidencia de las cosas y de los hechos. Recurre el regidor valverdeño a un tópico bien conocido: que no sabe –afirma– qué será de ninguno de los concejales del equipo de Gobierno. Que ya se verá y que Dios, Alá o Buda proveerán. El caso es que son pocos los compañeros del ex de IU que lo quieren a su lado. La imagen de Rodríguez Donaire en el pueblo es pésima y el Ayuntamiento ha comenzado a sacarlo a empujones de la foto. La frescura y la pujanza –al margen de afinidades ideológicas, creo que son dos cualidades que no se pueden negar– con la que se mueve la candidata del PP, Loles López Gabarro, tiene un tanto de los nervios al equipo de gobierno, que afirma convencido que más allá de él sólo está la caverna de la ultraderecha. Sin más historias ni justos medios que valgan. El asunto ha llegado a límites ciertamente insoportables, como que desde el propio gabinete de prensa del Ayuntamiento –ese mismo que no manda sus comunicados a quien no baile al son de sus canciones, como este diario– se haya creado un blog en internet –cobarde por anónimo– cuyo único objetivo es insultar al creador de otro portal, Manolo Cayuela, que lleva ya varios años en esto y que ha sabido crear –con su nombre y apellidos por delante, he ahí la diferencia sustancial– un foro de debate y discusión creo que enriquecedor, aunque en muchas ocasiones todo acabe infectado por la maldita lacra del anonimato. La última diatriba pergeñada en el gabinete de prensa del Ayuntamiento contra Cayuela –al que consideran un peligroso elemento de la ultraderecha, ya ven– viene a cuento de que su blog se hizo eco de la noticia publicada por este diario en la que se informaba de la situación de Rodríguez Donaire en el Consistorio. El asunto es feo, porque ya se ha apuntado al anonimato el propio Poder. Y desde el anonimato –ya saben– cualquier cosa vale para machacar al enemigo.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 19 de octubre de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 19 de octubre de 2010.
domingo, 10 de octubre de 2010
Adiós a José Guevara
Ha fallecido el artista onubense José Guevara, a los 84 años, un verdadero monstruo de la cultura, excelente pintor y dramaturgo rompedor. Jugó en el Recre, se recorrió medio mundo y vino a Huelva a terminar su vida. Su técnica pictórica, usando el fuego, le reportó numerosos éxitos. Estuve con él una mañana de abril de 2008. De ahí surgió este perfil, publicado en la serie La infame turba. (Fotografía de Elisabeth Domínguez).
EL AZAR Y LA NECESIDAD
¿Cómo resumir una intensa vida ofrecida casi como sacrificio ritual al arte? ¿Cómo condensar en unas líneas la impresionante aventura vital de un hombre dominado plenamente por la obsesión de la creación? Cada cana, casi cada pelo de su sabia y eterna barba, es una enseñanza que José Guevara (Puebla de Guzmán, Huelva, 1926) transmite al mundo. Hoy lo hace desde su hermoso ático en la plaza del Punto. Ayer, desde cualquier punto de la Tierra, por la que tanto ha viajado mostrando sus cuadros. Mañana, sólo él lo sabe. Quiere decirse que las almas libres, los espíritus creadores y los seres entregados con esclavitud a su propia naturaleza tienen el nomadismo tan dentro de sí como la propia creación. José Guevara, ahora, ha regresado a Huelva a reposar. Nadie más que él se ha ganado un descanso tras una vida de una intensidad tan sólo dada a los genios. El descanso, obviamente, es físico, porque su mente sigue tan activamente creadora como en los años en los que recibía lecciones en el Instituto La Rábida de sus maestros Pedro Gómez y García Orta, o en aquellos en los que se fue por el mundo enseñando su arte y codeándose con los grandes nombres del momento. Guevara intentó en su juventud afincarse en Huelva, ciudad a la que llegó del pueblo el mismo día en que acabó la guerra, el 1 de abril de 1939, fue incluso un jugador del Recreativo que «pintaba bien», según las crónicas del momento, pero si ya difícil era por entonces el mero vivir, mucho más lo era intentarlo del arte. Así que en 1952 se embarcó en el Julio César camino de Río de Janeiro. Comenzó entonces un periplo vital y artístico que le ha llevado a exponer sus obras en países como Australia, Irak, Estados Unidos, Francia, Japón, China, Finlandia, Siria, Bélgica, México, Brasil, Argentina o Uruguay. A este último país llegó tras su estancia brasileña y a él debe en buena medida lo que es, porque allí entró en contacto con los movimientos pictóricos del momento y conoció a otro de sus maestros, Torres García. Hoy el maestro es él, claro, y va transmitiendo sus doctrinas a la legión que va desfilando por su alto estudio a presentar sus respetos. José Guevara lo hace sin darse la más mínima importancia.
Es obvio que los hombres más destacados son los que menos se toman en serio. A pesar de que su vida es una novela de García Márquez, José Guevara la cuenta con la naturalidad y la sencillez de quien se ha quedado tomando el sol en la plaza de la Puebla durante toda su vida. De hecho, achaca todo su éxito a la suerte. «En la vida hay que tener suerte y yo he tenido mucha», viene a resumir injustamente, para recordar también una frase de Demócrito que siempre le ha acompañado: «Todo lo que existe en la naturaleza es producto del azar y de la necesidad». Si algo ha tenido Guevara es, desde luego, necesidad. Necesidad por cambiar las cosas y evolucionar en la pintura. Él lo hizo con el descubrimiento de una nueva técnica, el óleo por ignición, esto es, pintar con ese elemento esencial de la creación llamado fuego. Con ella ha asombrado en galerías (la célebre Tate de Londres, por ejemplo), bienales (Venecia, Sao Paulo, Alejandría) y museos de medio mundo y con ella y su rotundo estilo informalista ha mantenido estudios abiertos en París (periodo 1961-72), Madrid, Milán y Jesi (1968-2006). En Italia, donde lo idolatran, es il maestro y su rojo es conocido como il rosso guevarino. Ha compartido compromisos plásticos con creadores tan destacados como Tàpies, Saura, Torner o Genovés y ha creado una obra con un discurso tan valioso que hoy es nuestro artista vivo más internacional. También lo es en otro ámbito, el teatral, del que ha sido destacado creador de piezas underground. Guevara cuenta hoy con naturalidad cómo le compró a Samuel Beckett los derechos de La última cinta para representarla en España. Fue el primero que lo hizo, tras ser mordida ferozmente por la estúpida censura. Los grandes hombres siempre van abriendo camino, puntales de proa de la sociedad.
Es obvio que los hombres más destacados son los que menos se toman en serio. A pesar de que su vida es una novela de García Márquez, José Guevara la cuenta con la naturalidad y la sencillez de quien se ha quedado tomando el sol en la plaza de la Puebla durante toda su vida. De hecho, achaca todo su éxito a la suerte. «En la vida hay que tener suerte y yo he tenido mucha», viene a resumir injustamente, para recordar también una frase de Demócrito que siempre le ha acompañado: «Todo lo que existe en la naturaleza es producto del azar y de la necesidad». Si algo ha tenido Guevara es, desde luego, necesidad. Necesidad por cambiar las cosas y evolucionar en la pintura. Él lo hizo con el descubrimiento de una nueva técnica, el óleo por ignición, esto es, pintar con ese elemento esencial de la creación llamado fuego. Con ella ha asombrado en galerías (la célebre Tate de Londres, por ejemplo), bienales (Venecia, Sao Paulo, Alejandría) y museos de medio mundo y con ella y su rotundo estilo informalista ha mantenido estudios abiertos en París (periodo 1961-72), Madrid, Milán y Jesi (1968-2006). En Italia, donde lo idolatran, es il maestro y su rojo es conocido como il rosso guevarino. Ha compartido compromisos plásticos con creadores tan destacados como Tàpies, Saura, Torner o Genovés y ha creado una obra con un discurso tan valioso que hoy es nuestro artista vivo más internacional. También lo es en otro ámbito, el teatral, del que ha sido destacado creador de piezas underground. Guevara cuenta hoy con naturalidad cómo le compró a Samuel Beckett los derechos de La última cinta para representarla en España. Fue el primero que lo hizo, tras ser mordida ferozmente por la estúpida censura. Los grandes hombres siempre van abriendo camino, puntales de proa de la sociedad.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 20 de abril de 2008.
martes, 5 de octubre de 2010
La felicidad enlatada
Por el desagüe del paro se van nuestras miserias y nuestra porquería. Mejor no verlas. Es lo que piensan algunos, que se empeñan en vender lo invendible, en ser inventores de pócimas milagrosas para ir de pueblo en pueblo publicitando su juguete ante el asombrado gentío. El desangre mensual no se detiene. Septiembre dejó en nuestra provincia 2.017 parados más, cifra que supone un crecimiento del 3,95% respecto al mes anterior. Cuando el desempleo subió también en agosto, estos vendedores de la felicidad enlatada aseguraron que era normal y que todos los agostos sube el paro. Ahora también es normal: obedece al «aumento de la temporalidad» (?), según el PSOE, que destacó el hecho esperanzador de que este septiembre ha sido el que menos ha subido el paro en los últimos dos años. Quiere decirse que estamos jodidos, pero siempre parece que el asunto ya nos va doliendo menos. El caso es que algunos se han convertido en verdaderos maestros en el noble arte de buscar excusas cada primeros de mes, cuando el INEM nos recuerda que estamos royendo un hueso al que hace tiempo que se le acabó la carne. Vendedores y trileros se afanan por colocar su mercancía: ¡Mejor un hueso que nada! Es decir, que demos gracias por lo que tenemos y no nos lamentemos por lo que hemos perdido en el camino, que ha sido mucho. El caso es que Huelva ha vuelto a destacar por lo alarmante de su desempleo. También lo ha hecho por el serio retroceso sufrido en materia de inversiones estatales. La parte del pastel de los Presupuestos Generales del Estado para la provincia es de 114 millones de euros, 38 millones de euros más pequeña que el pasado año. Dicen los vendedores de felicidad enlatada que las grandes obras están «planteadas». No entiendo que, por ejemplo, pueda «plantearse» el desdoble de la N-435 con 90.000 euros, una cifra que sigue estirando el chicle de esta gran promesa todavía inclumplida, a pesar de que han pasado ya seis años y medio desde que se vendiera sin rubor la consecución de la autovía de la Sierra. Nunca se van al paro los trileros y los mercachifles de la felicidad enlatada.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 5 de octubre de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 5 de octubre de 2010.
martes, 28 de septiembre de 2010
Azar
El azar no se detiene. La moneda al aire llevó a que un hombre nacido hace 27 años en Nigeria –sin seguro ni carné a pesar de estar en busca y captura por falsificarlos, ya ven qué cosas– se cruzara en el camino de un tranquilo pelotón ciclista aficionado a las nueve de la mañana de un domingo de septiembre del año 2010. Ahora hay dos familias destrozadas y una ciudad asombrada por el rápido estar y no estar de una de sus cabezas más visibles, la del presidente de las empresas del Polo Químico, Gerardo Rojas, un hombre al que su muerte le ha llenado de elogios, lo cual dice mucho de su labor de más de 30 años, habida cuenta de que bien pudieran los que con él trabajaron haber callado y punto. Su compañero de trágico azar encontradizo, José Luis Márquez, un pintor de coches de los de siempre, ha muerto con su anonimato y toda su vida de trabajador y deportista a rastras. Asusta pensar lo absurdamente que puede uno dejar de estar en un mundo en el que casi todo viene a depender de la moneda al aire, del extraño azar que nos mueve y nos define: un grupo de amigos que queda para hacer deporte, un coche que se cruza en su camino y en sus vidas, un tipo que iba más rápido de la cuenta o que se quedó dormido, un quitamiedos que impidió que el vehículo se saliera de la calzada y no tocara, así, a los ciclistas. La vida en un hilo absurdo de casualidades y circunstancias sobrevenidas, de procesos espontáneos y aleatorios que vienen a convergir en un punto para provocar toda la gama de efectos situada entre la más absoluta de las felicidades y las más terrible de las tragedias. Un gesto, una decisión absurda, tiene el increíble poder de provocar un sucesión de acontecimientos camino de lo desconocido, de lo bueno o de lo malo. Nos domina la mariposa que bate las alas en Pekín y provoca un tornado en el Caribe. Las fuerzas y mecanismos que mueven el mundo y a los que en él viven juegan a la ruleta. Gerardo y José Luis se toparon con su destino una mañana de domingo de septiembre. Un destino absurdo traído por el azar y sus designios.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 28 de septiembre de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 28 de septiembre de 2010.
martes, 21 de septiembre de 2010
Tres tristes linces
Tres linces menos en un fin de semana. Uno de ellos, Caribú, apareció literalmente muerto de hambre en Bonares. Hace casi dos años, en noviembre de 2008, había sido traído desde Sierra Morena y soltado en Doñana. La supervivencia de esta especie en estado salvaje se está demostrando imposible. Quiere decirse que la «fábrica de linces» (Juan Romero dixit) funciona a la perfección gracias al plan de cría en cautividad, pero a la vista está que de nada sirve crear linces como quien le da a la máquina de los churros. Es inútil y todo parece mover a la melancolía, y allá que se ha ido Astrid Vargas con sus bártulos a otra parte, cabizbaja y silenciosa. A los linces se les suelta en libertad y parecen morir de pena, de inanición, de la ínclita enfermedad renal o de las tres cosas a la vez. Cuando algún ejemplar se salva de alguno de estos tres males, aparece un coche y lo atropella dentro del triángulo de las Bermudas que forman Almonte, Hinojos y Villamanrique. Tres linces muertos en un fin de semana. Dirán ustedes que fallece casi el mismo número de personas de viernes a domingo en las carreteras onubenses, a pesar de lo cual la cosa se queda en un breve de periódico, o en 30 segundos de radio. Las muertes de los linces provocan reacciones innúmeras. Habrá que recordar que el lince hace tiempo que se convirtió en un símbolo casi de nuestra propia supervivencia, en una suerte de espejo en el que mirarnos desde el subconsciente. El caso es que Doñana ha perdido en lo que va de año el 10 por ciento de su población de linces. Los ecologistas amenazan con acudir a Europa, y la Junta amenaza –digamos– con que el plan de movilidad se pondrá en marcha en breve. Estupendo. Pero no creo que el problema resida en las carreteras, sino en la falta del hábitat adecuado. Sin conejos, todo se torna en naufragio. A los tres tristes linces de este fin de semana les seguirán muchos más. No teman, la máquina seguirá creando. Podemos seguir así ad infinitum o podemos replantearnos todo y empezar de nuevo. Aunque sólo sea por esquivar la melancolía del fracaso.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 21 de septiembre de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 21 de septiembre de 2010.
martes, 14 de septiembre de 2010
Piratas
A la Cuenca han regresado los aires difíciles y guerrilleros de los mineros abandonados a la suerte de unos talleres de empleo y unas promesas que nunca acaban de llegar. Cuando dejaron de sacarse las tripas de la tierra herida y violentada, a muchos que se quedaron en la calle les prometieron el oro y el moro de la diversificación, un concepto tan vacío de significado como ‘desarrollo sostenible’ o ‘I+D+i’. Meros eslóganes políticos y mitineros, tal que los niños y las niñas. Hoy la diversificación lleva el nombre de Nerva Croissant o de Tubespa, en Minas de Riotinto. Esta última empresa, propiedad al cien por cien de Cajasol, está al borde del colapso. Como tantas. Sus trabajadores viven en la angustia permanente de la falta de los sueldos y del futuro negro como un buitre que espera acechante. Como tantos en la provincia: del sector naval a los medios de comunicación. Dijo el domingo el secretario general de CCOO en Huelva, José Delgado, que en la provincia ha habido mucho empresario pirata. Tan cierto como que los sigue habiendo. El pirateo –digamos– ha triunfado y ahí anda la Cuenca Minera esquilmada de botines, saqueados sus tesoros y sus gentes abandonadas en la isla desierta de la indiferencia. La aventura diversificadora lleva la bandera de las tibias y la calavera. Sólo se ha diversificado el paro y el miedo al fin de mes. Aquellos mineros recolocables a los que se les prometió la tranquilidad en 2003 –fíjense si ha llovido en esta tierra desde entonces– vuelven a la guerra tras acusar a la Junta de «reírse» de ellos. La Faja Pirítica hace tiempo que se convirtió en la Faja Pirata, para desgracia de los que en ella tienen que ganarse el pan y el sustento. Los trabajadores de Tubespa cerraron, mismamente ayer, una oficina de Cajasol en Minas de Riotinto. Dijo hace poco Mario Jiménez que él –personalmente– no tenía ni idea de qué pasaría con esta empresa propiedad de la caja. Y que él –personalmente– no era el dueño de la entidad financiera. Para no ser el dueño siempre ha mandado mucho. La carne nunca es de nadie cuando comienza a pudrirse.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 14 de septiembre de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 14 de septiembre de 2010.
martes, 7 de septiembre de 2010
Dioses onubenses
Dice el científico Stephen Hawking que Dios no existe, o al menos eso han dicho otros que ha dicho el señor de la silla de ruedas y la mente portentosa en un libro que todavía no ha salido a la venta, The grand design. Habrá que matizar: El prestigioso físico y cosmólogo ha afirmado que no es necesario Dios para explicar el origen del universo. La polémica ha sido y sigue siendo inmensa, porque ha despertado el viejo debate siempre latente entre ciencia y religión, lo cual viene de perlas para las ventas del libro de Hawking. Pero esa es otra historia. Las posturas enfrentadas de los científicos creyentes y los no creyentes invaden las televisiones, las radios y los periódicos. Abundan las posturas maximalistas y los dedos índices acusadores. Quiero decir que he escuchado a muy pocos –casi a ninguno– confesar con humildad: «No sé si Dios existe». En cierta ocasión le pregunté tal cosa –que si creía en Dios– a nuestro astrofísico Juan Pérez Mercader, onubense de Alcalá de Guadaira. No me dijo ni que sí ni que no, sino todo lo contrario. Es decir, que se abstenía de responder para no influenciar con su respuesta a los demás. Es una opción más en un tema tan peliagudo como éste. Pero no creo que a Pérez Mercader le cueste demasiado creer en Dios en una provincia tan llena de dioses como la nuestra. Los hay de la política, de las luchas sindicales, del ecologismo, de la industria, de las infraestructuras pendientes y del empresariado. ¡Ay, los empresarios! ¡Cuánto prócer suelto! Ser un dios en esta provincia no es una cuestión difícil, ni genera sesudos debates, ni polémicas estupendas. Quiere decirse que la deidad es un don que algunos adquieren a base de trabajarse –y mucho– el noble arte de la impunidad y la total falta de escrúpulos. Muy jodido lo tendría Stephen Hawking en Huelva. Aquí la existencia divina es evidente, clara como el agua. Hay dioses casi en cada esquina, seres endiosados a los que, un buen día, les caerá encima todo el peso de la evidencia. Al menos, de la evidencia de sus abundantes miserias.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 8 de septiembre de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 8 de septiembre de 2010.
martes, 31 de agosto de 2010
Masais
Los almonteños han encontrado hermanos de vida y sufrimientos a miles de kilómetros de distancia. El vínculo escondido que los unía a los masais, allá por las inmensas planicies de Ngorongoro, se hizo carne el sábado con el inicio oficial del proceso para la confraternización y la colaboración entre ambas comunidades. Naini Oleshweel, representante de varios poblados masai, entró en el Ayuntamiento vestida como suele para abrazar a Francisco Bella, un alcalde empeñado en eso tan absurdo como la normal convivencia entre la población y el entorno en el que viven y padecen, sin que los hombres destruyan la naturaleza ni ésta agobie hasta la asfixia el desarrollo de sus gentes. Porque ocurre que masais y almonteños tienen más puntos en común de lo que pudiera parecer. El aprovechamiento de las tierras, la ganadería, la agricultura y, de un tiempo a esta parte, el turismo son los vasos comunicantes entre dos pueblos que han vivido marcados por la exuberancia de lo que les rodea. Así que se van a poner a trabajar juntos para que la cosa funcione (mejor), poder sacar conclusiones y actuar en consecuencia. La pretendida deshumanización de los espacios naturales protegidos resulta tan absurda como contraproducente. Quiere decirse que en Doñana –y en el Ngorongoro– vive gente que tiene que levantarse por las mañanas y ganarse la vida de la mejor forma que puede y sabe. La clave está en congeniar desarrollo y conservación. Ahí es nada. Tan fácil de decir como difícil de hacer, por lo que cada cual lanza ideas con el miedo a que le corten la cabeza. El alcalde de Almonte casi se ha quedado sin ella este verano tras proponer que un autobús uniera su pueblo con Sanlúcar por la playa de Doñana. Como si hubiera puesto él solito la primera piedra de la Huelva-Cádiz. Esa playa, fíjense ustedes, acaba de ser expropiada por el Gobierno para una mayor protección. Uno se pregunta: ¿Aún no lo estaba? Eso parece, que no lo estaba. Pero el caso es que la Estación Biológica y la Junta han puesto el grito en el cielo por las formas en que se ha hecho. Doñana sigue siendo, en muchos aspectos, el parque que nos separa. Y nos une con los masais.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 31 de agosto de 2010.
Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 31 de agosto de 2010.
martes, 24 de agosto de 2010
Negación
Algunos columbran las elecciones y empiezan a decir genialidades. Mucho es lo que nos queda por aguantar hasta mayo de 2011, que es cuando se celebrarán las municipales. Se recordará que el PSOE de Huelva suspendió de militancia a 132 de los 135 afiliados con los que contaba en Lepe, hoy bastión del presidente provincial del PP, Manuel Andrés González, y antes histórica plaza socialista. El asunto es que el PSOE se ha quedado con tres militantes leperos, después de que la mano férrea de Mario Jiménez mostrara el camino por el que se va a la calle a la inmensa mayoría de las personas que formaban su partido en el municipio tras un supuesto apoyo en una red social a una presunta autoproclamada candidata a espaldas del aparato. Esta suerte de tsunami disciplinario ha quedado reducido a mero «asunto interno que está informándose» por obra y gracia de la secretaria de Política Institucional del PSOE onubense, Cinta Castillo, quien no ha tenido problema alguno en afirmar que en Lepe no hay crisis y que, en cualquier caso, es una cuestión de carácter interno. ¡Y tanto que es un asunto interno! ¡Como si calificar algo de ‘interno’ hiciera desaparecer o minimizar el problema! Parece obvio que no se ha ido la luz en la calle, sino en la sede lepera del PSOE, en la que algunos han entrado blandiendo la maza del que manda precisamente ahora que vuelven las primarias. Ya se sabe que las crisis están para negarlas. Cinta Castillo no se lo pensó dos veces: «Son asuntos de carácter orgánico y de carácter interno, que yo no calificaría de crisis, sino de cuestiones que están ahora mismo informándose y que forman parte de los derechos y deberes de los militantes de un partido». Sobre todo de los derechos de los expedientados, entre ellos el secretario general del PSOE local, David Taboas, quien calificó el asunto de «dantesco» e «impropio de las siglas que defendemos». ¿Crisis? De aquí a mayo de 2011 las genialidades brotarán como las setas en otoño. La realidad queda reducida a un mero obstáculo que conviene esquivar.
Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 24 de agosto de 2010.
Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 24 de agosto de 2010.
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